Vamos a ser sinceros: salir solo suena raro… hasta que lo haces. En cuanto le pillas el gusto, te das cuenta de algo poderoso: no necesitas a nadie para disfrutar la noche. Y sí, lo sabemos, la primera vez es como lanzarte en paracaídas con los ojos vendados… pero créenos: vale la pena el salto....
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