Si has salido de fiesta alguna vez—y sé que lo has hecho—seguro que has oído hablar del famoso “garrafón”. Esa palabra que suena casi a amenaza, que se susurra en los baños de los bares, en los grupos de WhatsApp al día siguiente, cuando alguien se levanta con una resaca que parece haber sido diseñada por el mismísimo diablo.
“Nos metieron garrafón.”
Pero, ¿qué es exactamente el garrafón? ¿Es real o solo una excusa para justificar esas noches en las que el cuerpo te pide clemencia? Y lo más importante: ¿puedes evitarlo?
Ponte cómodo, porque hoy te voy a contar toda la verdad sobre el garrafón.
QUÉ SE SUPONE QUE ES EL GARRAFÓN O ALCOHOL ADULTERADO
En teoría, el garrafón es alcohol adulterado o de baja calidad que se usa en algunos bares y discotecas para abaratar costes. En lugar de servirte un ron añejo o una ginebra premium, te ponen algo que se parece, pero que en realidad es un brebaje dudoso, con ingredientes baratos o incluso peligrosos.
Suena grave, ¿verdad? Como una conspiración del mundo de la noche para dejarnos a todos con resaca infernal y un mal sabor de boca.
El problema es que la gente usa la palabra “garrafón” para referirse a muchas cosas diferentes. Para algunos, es simplemente un alcohol de menor calidad. Para otros, es algo directamente ilegal, como mezclas caseras con alcohol etílico industrial o licor de baja calidad al añadir ingredientes para su adulteración.
Así que, antes de seguir, hay que aclarar algo: en España, el control sobre las bebidas alcohólicas es estricto. Los locales están obligados a comprar marcas homologadas y cualquier irregularidad puede suponer multas descomunales o incluso el cierre del negocio. Así que ese mito de que en todas partes te sirven alcohol adulterado es… bueno, un mito.
¿POR QUÉ SE HABLA TANTO DEL GARRAFÓN?
Si el garrafón fuera tan común, habría intoxicaciones masivas todos los fines de semana. Y sin embargo, la gente sigue saliendo, bebiendo y repitiendo la experiencia una y otra vez. Entonces, ¿por qué hay tantas historias sobre él?
Aquí van algunas razones:
1. No es lo mismo barato que adulterado
No todos los alcoholes son iguales. Un ron de 30 euros la botella no sabe igual que uno de 10, pero eso no significa que el de 10 sea tóxico. Simplemente, es menos refinado, tiene más impurezas y su destilación es menos precisa. Y sí, puede dar más resaca.
2. El alcohol deshidrata y los refrescos no ayudan
Muchas veces no es el alcohol en sí lo que te deja K.O., sino la combinación. Los refrescos con los que lo mezclas están llenos de azúcar, lo que agrava la deshidratación. Añádele una noche bailando, sudando y bebiendo poco agua, y ya tienes la receta para una resaca de campeonato.
3. Beber demasiado y demasiado rápido
Seamos sinceros: muchas veces la culpa es nuestra. Si te metes tres copas en media hora, da igual que sea el mejor whisky del mundo, vas a acabar mal. Y al día siguiente, en lugar de admitir que te pasaste, es más fácil decir “me pusieron garrafón”.
4. La sugestión y la leyenda urbana
El poder de la mente es increíble. Si alguien dice que un sitio tiene garrafón, automáticamente vas a empezar a sospecharlo. Y si al día siguiente te levantas con dolor de cabeza, la conclusión será obvia: no fue por las seis copas que te bebiste, sino por el maldito garrafón.
¿CUÁLES SON LOS EFECTOS DEL GARRAFÓN (O DE BEBER MAL)?
Si bien el concepto de garrafón es ambiguo, lo que sí está claro es que un alcohol de mala calidad o adulterado puede provocar efectos bastante desagradables. Entre los más comunes están:
- Resaca brutal: mareos, náuseas, dolor de cabeza y sequedad extrema.
- Dolor de estómago: el alcohol mal destilado puede irritar el sistema digestivo.
- Fatiga extrema: si al día siguiente te sientes como si hubieras corrido una maratón, es probable que la deshidratación y la falta de sueño tengan más culpa que el supuesto garrafón.
- Dolores musculares: algunos alcoholes contienen impurezas que pueden afectar al sistema nervioso y provocar tensión muscular.
Si alguna vez has sentido que una copa te ha sentado “raro”, puede deberse a muchas cosas: desde la calidad del alcohol hasta tu estado de salud en ese momento. No siempre es culpa de un alcohol adulterado.
ENTONCES, ¿EL GARRAFÓN EXISTE O NO?
Aquí está la gran pregunta. La respuesta es sí y no.
Sí, en el sentido de que en algunos sitios puede haber alcoholes de menor calidad que otros. Pero no en el sentido de que te estén sirviendo algo ilegal o peligroso.
Lo que sí ocurre, en algunos casos, es que hay bares que compran alcohol más barato para aumentar su margen de beneficio. No es lo mismo un vodka premium que uno de marca blanca. Pero eso no significa que sea un brebaje casero destilado en un sótano oscuro.
En España, la normativa es clara y los controles son estrictos. A un local le sale mucho más caro arriesgarse a una multa que simplemente vender alcohol de marcas reconocidas.
Así que la próxima vez que te levantes con una resaca terrible, piensa en todo lo que hiciste la noche anterior antes de echarle la culpa al garrafón.
¿Y EN EGO CLUB? AQUÍ BEBES BIEN Y PUNTO
Si hay algo que tenemos claro en Ego Club, es que la calidad nunca es negociable. Nuestro público sabe lo que quiere: buena música, un ambiente increíble y copas que valgan la pena.
Aquí no hay truco. Servimos bebidas de primera calidad a precios competitivos, porque creemos que una buena noche empieza con una copa bien servida. Si quieres un gin-tonic, te lo hacemos con la ginebra que pides. Si te apetece un ron-cola, lo mezclamos con el ron que elijas.
Porque si vienes a Ego Club, es porque quieres disfrutar. Quieres bailar rodeado de gente guapa, escuchar música que te haga moverte y beber algo que sepa bien, sin sorpresas desagradables.
Así que la próxima vez que alguien te diga que le han puesto garrafón, dile que venga a Ego y descubra lo que es una copa de verdad.
Nos vemos esta noche.
